CAPSULAB 8: ¿Cómo nacen y crecen los laboratorios de innovación?

Capsulab es la cápsula de conocimiento mensual de Coboi lab. Queremos compartir nuestra investigación interna sobre temas como la innovación, los labs y los proyectos multiactor, entre otros. Y, a partir de ahí, generar contenidos y materiales concisos y prácticos con el objetivo de difundir los principales aprendizajes.

En esta cápsula hablamos de:

En este informe del (011).lab, el laboratorio de innovación del gobierno de São Paulo, presentan un paralelismo entre los ciclos de vida de las personas y los ciclos de vida de los laboratorios. Dividen la vida de los labs, al igual que el de las personas, en tres etapas:

• Infancia. ¿Cómo es un laboratorio que está en la infancia?
  • Concepción y embarazo. ¿Fue planificado? ¿En qué contexto nació? ¿Por qué se creó?
    Todos los labs nacen en un contexto específico. Cuando aún no han nacido, su equipo impulsor comienza a preparar el espacio y definir sus competencias. Para ello suelen buscar referentes en otros labos existentes para crear la narrativa de su creación. La constitución de un espacio físico específico desempeña un papel fundamental en la materialización de las transformaciones a las que el laboratorio aspira. La propia concepción del laboratorio es una ruptura, puesto que es una estructura nueva que nace justamente con la promesa de innovar.
  • Maternidad y paternidad. ¿Quién lo impulsó? ¿Con qué expectativas? ¿Cómo se eligió el nombre?
    Los labs suelen ser impulsados desde el liderazgo político y funcionarios emprendedores. El laboratorio surge como “el hijo de una madre controladora y de un padre hippie” que tienen un conjunto de sueños y expectativas sobre lo que rodea al lab (muchas veces poco claras o poco realistas). Los labs necesitan los cuidados específicos de estas personas durante la infancia hasta que se forme su estructura básica para tener una vida saludable. ¿De qué formas y en qué momento se corta el cordón umbilical y se asume la propia identidad y cultura?
  • Primeros pasos y palabras. ¿Se formalizó su creación? ¿Cuáles fueron sus primeros proyectos? ¿Quién les secundó? ¿Cómo reaccionó el resto de actores?
    Como un recién nacido, un laboratorio en esta fase no sabe todavía quién es. Se están descubriendo y desarrollando por medio de sus primeras actividades. Los primeros proyectos suelen ser más atrevidos y ponen a prueba los límites. Debe entender y aprender a levantarse muy rápidamente. Necesita espacio para entender cómo combinar sus habilidades con las prioridades que le demandan. Tienen el desafío de formar a un equipo que detenga las competencias específicas para los proyectos. Los labs también suelen institucionalizarse para ganar en legitimidad (certificado de nacimiento). Desde la cultura organizativa el lab puede percibirse como una nueva amenaza.

• Adolescencia. ¿Cómo es un laboratorio en la adolescencia? 
  Es una época de preguntas, descubrimientos, exigencias, dramas, turbulencias, contradicciones, crisis e inestabilidades.
  • Rebeldía e inquietud. ¿Cómo conquistar su propio espacio? ¿Cómo gestionar la relación con su entorno? ¿Cómo decir «no»?
    Es un período de muchos descubrimientos y pruebas. En la adolescencia, el lab intenta cambiar su entorno rápidamente, pero se encuentra con obstáculos. Existe un distanciamiento de los comportamientos y privilegios de la infancia, y la adquisición de algunas competencias y responsabilidades atribuidas a los adultos. Al no percibirse como adulto, el lab puede generar incomodidad en ciertos procesos. Los dirigentes a menudo le consideran un rebelde. Su postura se considera inoportuna, y en ocasiones demasiado provocadora. Se corre el riesgo de distanciarse de los vecinos y patrocinadores, al percibir que la familia es una institución disfuncional. Intenta mostrar algún tipo de conquista pequeña, algún resultado rápido para cumplir con ciertas expectativas de los padres. Empieza a tomar decisiones propias ya diferenciarse. Los padres deciden cada vez menos sobre su vida y aguardan un equilibrio entre ocio y obligación. El “no” también puede ser un problema, tanto acatarlo como decirlo.
  • Amigos y tribus. ¿A qué grupos pertenece? ¿Cuáles son sus compañeros clave? ¿Cómo es percibido?
    Al ser unos años de confusión y formación, los labs buscan referentes. También intentan unirse en comunidad y adquirir un propósito compartido. Están aprendiendo con sus pares. Van construyendo una red de colaboradores y amigos, personas de las que muchas veces sus padres no tenían idea. En ocasiones, un proyecto discreto y sin costes con un compañero comprometido puede desencadenar una pequeña victoria que le da impulso al laboratorio. Pero puede reproducir comportamientos, muchas veces el laboratorio acaba cayendo en estereotipos de lo que sería un laboratorio relevante.
  • Crisis de identidad. ¿Cuál es la función del lab? ¿Cómo se percibe por la organización? ¿Existe probabilidad de que su función cambie?
    Durante la adolescencia, los labs tienen cierta dificultad para definir su marca ya que están centrados en desarrollar proyectos a la vez que analizan su rol en la organización. Además, sufren cambios físicos, mentales y sociales. Es el momento en el que se hacen preguntas profundas. Al centrarse en su identidad, puede existir el riesgo de distanciarse de su entorno más cercano. Es común que la imagen que el laboratorio tiene de sí mismo no corresponda a la que los demás tienen de él. Muchos ciudadanos no entienden qué es esa “cosa nueva”. Su entorno espera un equilibrio entre «ocio» y «obligación». El placer inconsciente de hacer se complica por esfuerzos constantes de autoanálisis y transformación de sí mismo. La exigencia de mostrar resultados se vuelve más rigurosa y frecuente. El lab intenta cumplir estas expectativas pero a su vez comienza a cuestionar cosas de la infancia.

• Edad adulta. ¿Cómo es un laboratorio en la edad adulta?
  La serenidad al actuar y el reconocimiento dentro de la administración pública son aspectos característicos de este período.
  • Trayectoria y memoria. ¿Está documentando y evaluando los proyectos y modos de trabajo? ¿De qué aprender?
    En la edad adulta, el lab tiene más clara su identidad y es consciente de sus responsabilidades y su alcance. Ya no se siente un incomprendido que lucha para cambiar el gobierno solo. De todas formas, sigue reflexionando sobre su propia práctica. Revisa y evalúa su trayectoria (aprendizajes, prioridades, etc.) y busca preservar la memoria (documentar procesos, proyectos, formas de hacer, etc.). Hace pausas para organizar información, así como realizar reflexiones y evaluaciones sistemáticas, tiene como resultado un valioso conocimiento y el aumento de la capacidad técnica del laboratorio. Ahora bien, corre el riesgo de vivir de recuerdos pasados, socializar menos y reducir la experimentación. Es tentador vivir solo de recuerdos y de las glorias obtenidas en el pasado, narradas de forma heroica para legitimar su existencia. Preservar la memoria de la organización e identificar las lecciones aprendidas es el primer paso para que los laboratorios realicen una evaluación. Hay dedicación para documentar procesos, proyectos y formas de hacer.
  • Legado. ¿Qué valor dejará después de su muerte? ¿Cómo se divulgará su legado? ¿Qué sucederá después de cumplir su función?
    El lab adulto cuenta con mayor reconocimiento que en etapas pasadas. Empieza a percibirse como relevante y necesario. Los demás también tienden a reconocer su función.
    Por este motivo, busca construir un legado para el ecosistema de innovación. Su legado hace posible la autonomía en proyectos y métodos de trabajo. Existe un aumento de la capacidad estatal de construir nuevas respuestas a problemas públicos complejos, lo que a su vez exige un cambio de mentalidad, a menudo sistémica, para generar un cambio de paradigma y no caer en modismos pasajeros. A partir de sus conocimientos y aprendizajes, trabaja por estimular la capacidad de innovación de su organización y generar un impacto duradero en el sistema. Sin embargo, se desarrolla la dificultad de apertura a nuevos hábitos. La tendencia a la sociabilidad tiende a disminuir con el paso de los años. Es importante mantener activa la red de contactos para evitar la soledad y el aislamiento.
  • Longevidad. ¿Qué estrategias han permitido superar grandes cambios y transiciones? ¿Hay probabilidades de que muera?
    Ante las grandes dificultades, el lab adulto plantea reflexiones más atrevidas y puede decir que “no” con firmeza para mantener su misión. Usa las experiencias vividas como fuente de sabiduría para leer situaciones, mirar hacia futuros deseables y explorar posibilidades a fin de discernir y tomar decisiones con serenidad y seguir adelante. Una de sus mayores preocupaciones es su continuidad y sostenibilidad en el tiempo. Reflexiona sobre qué acciones o estrategias debe llevar a cabo para continuar con su función (ampliar sus ámbitos de trabajo, conseguir un público más amplio, etc.) La preocupación de la madurez es cómo preservar la experimentación del propio laboratorio. Cuestiona si está en el camino deseado, si debería cambiar su estilo de vida, su comportamiento y prioridades. Sería importante un desarrollo hacia un impacto sistémico y duradero, trabajando de forma más integrada con la administración pública y sintiéndose parte de ella. Si no consigue gestionar bien algunas de las transiciones a las que debe enfrentarse, es posible que el lab muera.

A modo de conclusión, el informe describe que existen ciertos desafíos que son transversales de la vida. Cómo puede ser la búsqueda de la propia esencia, la relación con la familia, o las transiciones (tanto políticas como a nivel personal).

Fuente: Werneck, C., Ferrarezi, E., Brandalise, I., Vaqueiro, L., & Bonduki, M. (2020). Ciclos de vida de los laboratorios de innovación pública (Enap/2020; p. 48).

 Si quieres recibir las novedades de capsulab, puedes suscribirte a través del mismo formulario. 

Con el apoyo de: